Estamos ante una novela que recrea de forma prodigiosa la vida
de Homero contada por él mismo.
Nuestro personaje se construye a partir de la interacción de
elementos históricos e imaginarios. Desde el primer momento nos
damos cuenta de la falta de parámetros para situar la fecha y
lugar de nacimiento de poeta. Homero no está registrado en los
archivos oficiales, lo cual parece decirnos que si un ciudadano no
existe en los archivos oficiales del Estado, no ?existe? como tal.
En realidad Homero no adopta su ?verdadero? nombre hasta bien
avanzado el relato, mientras observamos sus relaciones
familiares, sentimentales y profesionales. Compartimos sus dudas
y depresiones cuando pierde la vista y cuando mueren sus seres
queridos, cuando el Estado se apropia de sus bienes materiales y
cuando un maestro envidioso pretende arrebatarle la autoría de
varios versos de la Iliada...