Ciudades, hombres, hechos históricos unidos por lazos envolventes que existen en la frontera de la realidad. Pero que también existen en la realidad fascinante de "Barcelona-Buenos Aires y un azul".
Situaciones gloriosas, a veces trágicas, pero
ejemplares, que se producen en una nación y se reflejan en otra.
Catalanes expulsados de sus tierras por levantar
banderas de libertad, tranformándose luego en padres de la patria de pueblos extraños a ellos, donde hombres generosos luchaban por el mismo ideal.
¿Destinos de vida buscados o provocados? Si esto
último es así, ¿quién los provoca? ¿Qué lo provoca? ¿Para qué?
Los pueblos construyen la historia. De esa
auténtica historia poco o nada se sabe. La ocultan, la destruyen. Pero los pueblos no se agotan, son sabios. Generan mujeres y hombres valerosos que seguirán construyendo un camino iluminado hacia la esperanza de una nueva realidad.
La ficción a veces se puede parecer a una leyenda.
La leyenda es un mito. Mito es una verdad, que no puede ser demostrada.