En Yo, Isabel la Católica, César Vidal reconstruye en primera
persona las vivencias de una mujer anticipada a su tiempo, llena
de contrastes, con sus luces y sus sombras, a la vez que presenta
una minuciosa visión de las costumbres y el ambiente cortesano
de la época, las estrategias políticas y los sentimientos de una
soberana que asentó las bases del Estado moderno.