La tierra sin mal narra las aventuras de dos hombres opuestos: Tomás Llera, un hidalgo extremeño que parte a las Indias en busca de fortuna, y Enrique Madrigal, un misionero utópico que viaja para participar en las reducciones jesuíticas de Paraguay. El autor transmite, con maestría, esa tensión constante de intereses y fue rzas que augura un desenlace fatal. Sin embargo, a lo largo de toda la novela subyace el sueño esperanzado de un mundo mejor.