María Magdalena fue la mujer escogida por Jesús de Nazaret como primera destinataria de sus revelaciones y los secretos de su sabiduría, y el entorno de Jesús no entendió por qué confió a ella secretos que escondía a sus discípulos más cercanos. Según los evangelios, Jesús resucitado apareció ante ella en primer lugar y, como mensajera, la envió a comunicar la importante noticia a Pedro y a los demás apóstoles, escondidos y atemorizados tras la crucifixión. Desde los orígenes del cristianismo se tejió en torno a María Magdalena una tupida red de leyendas y falsedades. La intención podría haber sido ocultar su verdadera dentidad y quizá rebajar o eliminar el papel fundamental que ella debería haber tenido y no tuvo en la fundación de la nueva religión. La Iglesia siempre tuvo miedo del personaje, puesto que, a juzgar por los textos, María de Magdala aparecía asociada afectivamente a Jesús y este hecho podría hacer tambalear los cimientos de la institución. Juan Arias nos ofrece en este libro una hipótesis muy bien documentada: La Magdalena vivió con Jesús una apasionada historia de amor.