Durante trece años, Elizabeth y David Beck han acudido al lago Charmaine para dejar testimonio, en la corteza de un árbol, de un año más de felicidad. Ya no es así. Ése fue el último año. Han pasado ocho años, pero el doctor David Beck no consigue sobreponerse al horror de semejante desgracia porque, aunque Elizabeth esté muerta y su asesino en el corredor de la muerte, aquella última cita puso fin a algo más que a una vida.
La repentina aparición en su ordenador de extraños mensajes junto al rostro de Elizabeth abre brutalmente las viejas heridas, la inevitable necesidad de descubrir la verdad.