De todas las ramas del psicoanálisis, la más sorprendente es, sin duda, la que anuncia su disolución; y de todos los representantes de esta tendencia el más controvertido es, sin duda también, James Hillman, porque su particular cuestionamiento de la labor terapéutica tradicional no proviene de disciplinas que discrepen, o puedan discrepar, con la psicología profunda (psiquiatría, filosofía, sociología, etc.), sino de la propia psique, como demostrará este libro. La obra de Hillman parte de tres intuiciones fundamentales de Jung (la psique crea la realidad cada día; la psique es imagen; la psique es una pluralidad de arquetipos) que se desarrollan y amplifican en una obra que no es sólo la aportación más innovadora de la psicología profunda de los últimos años, sino también una formidable literatura al servicio de la imaginación, sus raíces mitopoéticas, su inmanencia y ubicuidad y, en fin, su capacidad de devolvernos a los dioses (las imágenes arquetípicas) que nos arrebató la monolatría, una monolatría que, incapaz de convivir con ellos, sigue hoy activa en el imperialismo que ejerce el ego sobre la diversidad de perspectivas de la conciencia.