Federico
Mayor Zaragoza recomienda escuchar las palabras, fuente del pasado y memoria
del futuro, 8220;la fuerza de la palabra, de la voz de todos. La voz y no
el silencio. La palabra que, al fin, prevalecerá8221;. El autor busca,
en nuestra civilización y su historia, el lenguaje apropiado para profundizar
en interrogantes múltiples y cuestiones difíciles, interdisciplinarias.
Al final el arquitecto de la palabra ve a través de las cosas lo que
hay más allá de ellas, las trasciende, las transforma, las ilumina,
escucha el mundo, traduce su lenguaje.