No es fácil predecir el destino político del líder más sólido del reciente laborismo británico, pero desde su infancia y juventud en un entorno de clase media hasta obtener el cargo de primer ministro con 43 años ha recorrido un largo camino. Dotado de sólidas convicciones, Blair ha sido una figura clave en la moderación de la izquierda británica y también ha sabido conjugar el internacionalismo atlantista con el europeísmo. Bajo su mandato, el Partido Laborista vive un o de sus mayores períodos de esplendor desde que fuera fundado hace más de cien años.