Pasado el tiempo, e invadido por un gran sentimiento de culpabilidad, Viktor consigue regresar a Ucrania con el firme propósito de dar con el paradero de su pingüino e intentar reparar su error. Tras lograr el puesto de ayudante de un político que prepara su campaña electoral, y gracias a sus oscuros contactos, Viktor termina por saber que Misha se encuentra en un zoo privado de Chechenia. Tras iniciar la búsqueda, el protagonista vivirá una auténtica odisea en la que no faltarán los peligros propios de un país puesto patas arriba por la guerra.