Cada historieta transcurre en una cárcel distinta (de Les Corts en Barcelona a la prisión de Ventas en Madrid, pasando por muchas otras), componiendo así un mosaico que denuncia las atrocidades de la represión en la posguerra. Inmersas en esa atmósfera asfixiante, las mujeres son las protagonistas, y el dolor y la rabia los únicos sentimientos permitidos. A lo largo de estas once historias, y pese a todas las imposiciones imaginables, las presas recobran una a una las palabras que importan: las del afecto, la amistad y la solidaridad.
Es una reconstrucción decididamente expresionista de una época y un sufrimiento olvidados, tratando de devolver a aquellos miles de prisioneras la voz que, en aquel momento, sus verdugos quisieron robarles.