El 11 de marzo de 2004, terroristas de la Yihad islámica asesinaron en Madrid a 192 personas y dejaron heridas a otras 1.600, muchas de ellas con graves secuelas. El objetivo de los asesinos era forzar la retirada de los 1.300 efectivos militares españoles desplegados en Irak. Esas tropas no participaban, ni habían intervenido, en ninguna guerra, sino que ejercían tareas de seguridad y de apoyo a la población iraquí, de acuerdo con lo establecido por sucesivas resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. La única posibilidad de que la presión de los asesinos tuviera éxito era conseguir un cambio en el Gobierno de España, y por esa razón el atentado, el mayor en suelo europeo desde el final de la Segunda Guerra Mundial, fue dirigido contra la población civil sólo tres días antes de la celebración de unas elecciones generales.
Los terroristas consiguieron su objetivo. Aunque todas las encuestas aseguraban hasta el día 11 que el Partido Popular volvería a ganar las elecciones, se produjo un cambio en la opinión que permitió al Partido Socialista erigirse en vencedor el 14 de marzo. Tal y como había supuesto la dirección de la Yihad, los nuevos gobernantes retiraron las tropas de Irak, país que desde el año 2003 se había convertido en el principal escenario del terrorismo islamista.
Fue la primera vez, en la moderna historia española y europea, que un grupo terrorista conseguía imponer su voluntad a una democracia. Las consecuencias no se hicieron esperar: la posición internacional de España sufrió un grave retroceso y en política interior están cuestionadas las bases del consenso nacional alcanzado en la Transición.
Este libro ofrece la investigación de un año sobre el desarrollo, minuto a minuto, de esa crisis política, basada en docenas de testimonios exclusivos y narrada por quien fue testigo privilegiado de aquellos días, desde la dirección de la agencia EFE.