Siguiendo la tradición de Into Thin Air de Jon Krakauer y La tormenta perfecta de Sebastian Junger, llega este relato verídico de la impactante aventura de dos buzos, John Chatterton y Richie Kohler, para quienes bucear en las profundidades en busca de barcos naufragados es mucho más que un deporte.
Sin embargo, en el otoño de 1991, ni siquiera estos valientes buzos estaban preparados para lo que encontrarían a 70 metros de profundidad, en las heladas aguas del Atlántico, a casi 100 kilómetros de la costa de Nueva Jersey: un submarino alemán de la segunda guerra, con un macabro paisaje de metales retorcidos, cables enmarañados y huesos humanos, todo enterrado entre sedimentos acumulados durante décadas.
Ningún historiador, ningún experto ni ningún gobierno tenían alguna pista sobre el submarino. De hecho, todos los documentos oficiales aseguraban que no era posible que hubiera un submarino alemán hundido con su tripulación en ese sitio.