Del doctor Jaron Kwok sólo han quedado unas extrañas cenizas en una habitación de hotel cerca de Hong Kong, una desaparición que movilizará las mayores potencias nacionales, agencias de seguridad, integristas islámicos, clanes del crimen y sociedades secretas. Porque el doctor Kwok puede haberse llevado con él un descubrimiento capaz de alterar el orden mundial: el diseño de un ordenador que podría romper todas las claves de encriptación de las naciones rivales. La policía china Marilyn Lu y el sucesor de Kwok, el doctor Ben Cho, se hacen cargo de la investigación pero, al mismo tiempo, deberán averiguar hasta qué punto son marionetas dentro de este complicado juego, y hasta qué punto controlan su propio destino.