Poco importa, a estas alturas, en qué año, ni quién fuera, el que descubrió el arca con los restos del apóstol Santiago. Lo cierto es que a partir de ese momento, toda Europa se puso en camino para ir a Compostela, los campus stellae de la tradición, en alusión a los destellos luminosos que motivaron el descubrimiento. Tras un largo periodo de auge de las peregrinaciones, que dura toda la baja Edad Media, y otro repunte en los siglos XVI y XVII, a partir del siglo XVIII se produce su decadencia. Pero en los últimos años han vuelto a renacer con gran fuerza convirtiéndose en un importante fenómeno social, cultural y religioso.