Cuando una persona atraviesa el profundo dolor de la pérdida de alguien amado, toda palabra es insuficiente para compartir con ella ese sufrimiento. Solo le ofrecemos, entonces, un abrazo prolongado, la fuerza de nuestra mano en la suya, mientras permanecemos en silencio a su lado... Pero sabemos que no podemos acompañarla siempre como queríamos, que más tarde quedará a solas con su dolor... Este libro ha sido pensado para esos momentos de soledad. Para que esa persona que sufre sienta -aunque no estemos- el abrazo de nuestro corazón. Para ayudarla a soportar la infinita tristeza. Escrito con sensibilidad y sencillez será su guía para atravesar el camino del dolor, del recuerdo y, finalmente, del consuelo.