Nos encontramos con un individuo en caída hacia su soledad. Deambulando por las heladas calles de una ciudad del norte de Europa, un extranjero encuentra escaso refugio en sus delirios más privados: una tienda de libros antiguos con autores que chillan desde los estantes, un piso polvoriento con un fantasma doméstico que trabaja como ama de llaves y una actitud pasiva desde la cual este personaje dispara su insolente humor.
Vive obsesionado por un amor de pago y poco más, y organiza su mundo erótico desde la reflexión extravagante, que se tiñe de fantasía porno y transmuta en burla las costumbres de lo correcto y de lo europeo. Pero a veces el presente coincide con unos recuerdos sórdidos y amargos, es entonces cuando comienzan a entreverse los múltiples perfiles de un antihéroe que, con la mirada de quien ha debido asumir el escepticismo, retoma sin pudor los temas esenciales de la literatura.
Tierra Caliente es una novela de amor y erotismo, simple y atrevida, que desde la ironía descubre una mirada crítica sobre las condiciones que nos impone la época.