En esta delicada novela acerca de la pubertad L. P. Hartley evoca la iniciación traumática de un muchacho en el mundo pasional, decepcionante e hipócrita de los adultos. A sus sesenta años un hombre rememora por primera vez, después de transcurridos cincuenta, su niñez y recuerda los hechos que tuvieron lugar en su visita estival a la comarca de Norfolk el primer año del siglo xx. Es la historia de la pérdida de la inocencia, una pérdida tan demoledora y profunda que genera una perdurable falta de confianza en la vida.