Las periódicas reposiciones de DON JUAN TENORIO en los escenarios españoles e hispanoamericanos atestiguan que lleva cerca de siglo y medio gozando de una popularidad que lo ha erigido en el título más representado de la historia de nuestro teatro. Sin embargo, ninguna otra obra escrita en nuestro idioma se ha hecho acreedora de tantas divergencias críticas. Encabeza el grupo de sus detractores el propio Zorrilla, quien proyectó sobre su drama una severa mirada analítica renuente a valorar en él otra ?excelencia? que la del personaje femenino (una doña Inés por primera vez ?cristiana?) y muy dispuesta, por el contrario, a detenerse en los defectos: inconsistencia del carácter del protagonista (reproche que parece apuntar más a sus cualidades morales que a las puramente dramáticas), desajustes en el desarrollo temporal, incongruencias verbales, inverosimilitudes escénicas, inanidad retórica de ciertos pasajes, etc. La crítica posterior, en general, hizo suya de inmediato y mantuvo hasta prácticamente nuestros días la constatación de estas debilidades, e incluso convirtió en un lugar común la referencia desdeñosa a ciertos aspectos de la obra, entre los que ocupa lugar destacado una versificación que tiende a caer con ostentación en el ripio. La perspectiva analítica abierta por Francisco Ruiz Ramón al insistir en el concepto de teatralidad como rasgo inherente y logro más destacado de la versión zorrillesca del mito ha sido asumida por el común de los comentaristas más recientes, que no pierden nunca de vista la condición fundamentalmente escénica del texto, el potencial dramático que despliega con un extraordinario alarde de dinamismo.[De la Introducción de Rafael Balbín]EL EDITORRafael Balbín es Licenciado en Filología Románica por la Universidad de Granada, imparte actualmente clases de Lengua y Literatura Castellanas en el IES Rey Pastor de Madrid. Ha publicado estudios sobre el siglo XVIII español (?Tres autores neoclásicos: Cadalso, Jovellanos y L. F. Moratín?) y sobre la poesía de los Siglos de Oro (?La renovación poética del Renacimiento? y ?La renovación poética del Barroco?). Es autor asimismo de la edición de ?Don Álvaro o la fuerza del sino?, del duque de Rivas, en el nº 36 de esta misma colección y de una antología de la poesía romántica española (Castalia Prima nº 5).