Ariel Sharon es uno de los más experimentados, astutos y terroríficos líderes del nuevo milenio. A pesar de habérsele encontrado directa e indirectamente responsable de actos considerados crímenes de guerra por la legislación internacional, se convirtió en primer ministro de Israel en el año 2001. El nuevo libro de Baruch Kimmerling perfila el intento de Sharon de reconfigurar en su totalidad el paisaje geopolítico de Oriente Medio. Describe su compromiso con el politicidio, la destrucción de la identidad política palestina, y el modo en que se ha ganado el apoyo de poderosos sectores de la sociedad israelí y de la actual administración estadounidense. Una devastadora acusación contra un hombre cuya crueldad e intransigencia han dado como resultado la extensión y propagación de las matanzas indiscriminadas.