Erika Yurken tiene claro dos cosas: la primera, es que se cambiará de nombre, porque está harta de que sus compañeros de clase la llamen Erk, Yuk o lo primero que se les ocurre. La segunda, es que quiere ser actriz y por eso practica en el espejo día tras día. Sin amigos y en un barrio conflictivo, no es de extrañar que Erika sea solitaria, hipocondríaca y un tanto melodramática.
Pero lo peor todavía estaba por llegar... Un día, una nueva compañera se presenta en la clase: Alison Ashley, la chica P-E-R-F-E-C-T-A. Es guapa, inteligente y ¡rica! Como Erika se sienta sola, Alison compartirá con ella el pupitre. ¿Podrán ser amigas? Parece algo impensable porque Erika se ha propuesto hacerle la vida imposible...