La guerra está terminando, tal vez ya lo haya hecho. Los últimos restos de la civilización están desintegrándose: columnas de humo ascienden de las granjas y las casas de un territorio sin nombre; apenas quedan municiones ni gasolina; la gente tiene que escapar a pie o, los más privilegiados, a caballo. Unirse a los otros refugiados que han invadido las carreteras parece más seguro que quedarse en sus hogares. El joven aristócrata Abel y Morgan, su amante, tratan de huir del caos y la anarquía. Pero son detenidos por la teniente y su banda armada, que los conduce de vuelta al castillo. Entre sus muros de piedra, custodios del pasado y la tradición, Abel y la teniente representan dos universos antagónicos: él, el hombre civilizado y decadente cuyos conocimientos ya de nada le sirven entre la violencia y las armas; ella, la naturaleza, la pasión y el caos de un mundo postapocalíptico. Y el castillo se erige en el centro de un peligroso juego de relaciones incestuosas, deseos, engaños y muerte.