Distanciarse de los sentimientos de odio y contra-odio, de la dicotomía entre el bien y el mal, generadores de amalgamas y reducciones, comprender la lógica y a estética del letal juego especular entre el «yo», interrogar a la globalidad de la violencia consustancial a nuestro mundo caído en desgracia? Tales son, entre muchas otras, las preguntas que quisimos plantear sin tapujos, con firmeza y singularidad, en los Jueves del IMA, acompañados por Jean Baudrillard y Edgar Morin, tras los siniestros atentados del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York.
Sus reflexiones en torno a este hecatombe contrastan, cada una a su modo, con aquella, tan sumaria como reductora, de los pseudoespecialistas o de los autoproclamados pensadores sobre el islam, el islamismo y la «cuestión terrorista».
Los textos de Jean Baudrillard y Edgar Morin nos invitan a reflexionar y asomarnos a la arqueología de lo arcaico, a descifrar sus residuos inconscientes así como los territorios difusos y fértiles situados más allá de naciones y fronteras. Y en este sentido, su pensamiento no es coyuntural, sino temporal y complejo, dinámico y global.