No sabes a ciencia cierta si esta galopante hipertecnologización te va a traer verdadera prosperidad o te va a esclavizar, si realmente se convertirá en herramienta providencial para los problemas del mundo o, por el contrario, lo hundirá definitivamente en la injusticia y la guerra. Como cualquier ciudadano probablemente te habrás topado con conflictos cotidianos en los que la tecnología era el factor determinante y aunque adoptaste tu propia opinión al respecto, hubieras preferido tener a tu disposición ciertos conocimientos claros y útiles, mediante los cuales formarte un criterio más definitivo y madurado.
Sinceramente, ésta es la situación en la que nos encontramos todos, porque la tecnología misma, en sus más diversas y sofisticadas variantes, parece ir por delante de nuestra imaginación y de nuestra vida cotidiana, como un caballo desbocado, al que no podemos sujetar ni sabemos dirigir.