En todas las teorías y prácticas científicas hemos logrado grandes éxitos, pero también topamos con límites infranqueables. Tanto lo conocible como lo imposible de conocer de nuestra realidad nos define como parte integrante de ésta.
¿Qué es lo que nunca podríamos hacer? Los finales de siglo siempre invitan a hacer balances de los logros humanos y de las perspectivas probables de cara al futuro. John D. Barrow ofrece un panorama de las limitaciones que podrían imponerse a los descubrimientos humanos y de aquello que podríamos llegar a considerar como inconocible, no factible o impensable. La ciencia es una larga historia de éxitos, pero ¿dónde terminará? Tejiendo un asombroso tapiz de sorpresas, Barrow explora las fronteras del conocimiento. Encontramos que la noción de "imposibilidad" ha jugado un papel decisivo en nuestro pensamiento. El surrealismo, las figuras imposibles, los viajes en el tiempo, las paradojas de la lógica y de la perspectiva, las especulaciones teológicas sobre entes para los que nada es imposible, todo ello nos estimula a contemplar más de lo que existe.
¿Por qué deberíamos encontrar algo imposible? Exploramos los límites que la tecnología, los ordenadores, los costes y la complejidad se imponen a nuestra plena comprensión del universo físico. Nos `preguntamos por qué el proceso de la evolución biológica nos equipó con la capacidad de comprender las estructuras básicas del universo. Pero también vemos que la estructura del universo nos impide encontrar las respuestas más fundamentales acerca de su comienzo, su estructura y su futuro. Y, finalmente, topamos con los límites radicales que nos pone la naturaleza misma de nuestro conocimiento. Estos límites tiene implicaciones profundas para toda aspiración a un conocimiento completo. Nos involucran en debates sobre el libre albedrío y la conciencia. El famoso Teorema de Gödel sobre nuestra incapacidad de captar las verdades de la matemática por medio de leyes y axiomas se explora aquí para averiguar si tiene alguna implicación para la ciencia.
No se trata de una mirada habitual hacia los límites de la ciencia. Sirviéndose de explicaciones sencillas, el autor muestra que la imposibilidad es una noción profunda y fuerte, que cualquier universo lo bastante complejo para contener seres conscientes tendrá límites en cuanto a lo que estos seres pueden saber acerca de su universo y que aquello que no podemos saber define la realidad con tanta seguridad como aquello que podemos saber. La imposibilidad es una espada de dos filos: revela la incompletidud de la empresa científica, pero al mismo tiempo prueba que sin ella no hubiera ni leyes naturales ni ciencia ni científicos.