Nuestro tiempo ha conocido una transformación profunda de los procesos de producción. Mientras la cadena de montaje excluía toda forma de lenguaje como factor directamente productivo, hoy no se verifica producción sin comunicación: por el contrario, trabajo e información se superponen necesariamente para garantizar el máximo rendimiento en el menor tiempo posible. Y esta transformación ha impuesto un nuevo tipo de trabajador, ya no especializado, sino versátil, capaz de adaptarse a nuevas exigencias. El presente libro analiza este modelo posfordista, desde sus orígenes japoneses hasta las innovaciones relacionadas con las esferas políticas y administrativas. Algo más que un ensayo de crítica económica, en el que se abordan problemas relativos a nuestra vida social, la teoría política, las instituciones democráticas, las relaciones interpersonales o el papel desempeñado por el lenguaje en la democracia liberal.