Aunque hoy se sabe con certeza que los castellanos no fueron los primeros descubridores del continente americano, sí podemos afirmar, que fueron los últimos. Nadie después de ellos volvió a encontrar un continente perdido. Sólo a ellos se debe que a partir de aquel 12 de octubre de 1492, los viajes transoceánicos tuvieran una meta predeterminada.
El Descubrimiento y los muchos viajes que le precedieron, fueron destruyendo los mitos y quimeras que desde hacía siglos escondían las olas del océano que muchos creían poblado de monstruos y bañando las costas de la Atlántida.
Jirones de un sueño recoge los mitos y leyendas de la conquista -las islas maravillosas; los gigantes; las siete ciudades de Cíbola; el estrecho de Anián; la fuente de la eterna juventud; el país de la canela; el Dorado; los caníbales; los Moxos y el Paitití; o los monstruos-; algunos autóctonos, otros importados que impulsaron a los castellanos a recorrer en menos de cincuenta años casi todos los ignotos territorios del continente americano.
Un recorrido fascinante por la historia de aquel puñado de hombres y mujeres que dieron sus vidas por creer que todavía quedaba algo por descubrir y por lo que merecía la pena soñar y morir.