Con este libro se pretende compensar un olvido sistemático hacia uno de los profesionales que más ha contribuido al aspecto visual de las películas, profesional que a veces ni siquiera valoraba su propia actividad. El decorador, escenógrafo o director artístico, según la terminología más actual, ha sido una figura clave en el desarrollo del arte cinematográfico. Y esta obra es una historia y un recuento de las personas que, en el cine español, dejaron su impronta visual.