«Carmen Martín Gaite, en estas páginas, arraiga en la tradición de una literatura sin inocencia, que es, a la vez que narración, reflexión sobre el acto de narrar, y en la que el autor resuelve los dilemas de su vida a través de los textos que escribe, en el camino que abrieron a principios de siglo Proust y Joyce, que luego han continuado tantos escritores.