«Quizá, Señor, ese deseo tuyo
de mantenerte en la sombra
tenga su razón de ser en el deseo
de que tengamos fe, de que creamos sin ver,
o al menos sin ver con los ojos de la cara,
aunque sí te podamos ver con los ojos del alma.»
(Juan del Carmelo)
Algunos libros apuntan a la razón. Otros, como ocurre con éste, apuntan directamente a los sentidos, al corazón. Su autor, Juan del Carmelo, sumerge al lector en el núcleo de la búsqueda divina, previniéndole ante los obstáculos, sugiriendo ante las encrucijadas... Más que guiarle, le acompaña por medio de una reflexión meditada y sincera que hunde sus raíces en el amplio conocimiento de una extensa bibliografía (como Thomas de Kempis, Royo Marín, Henri Nouwen, san Juan de la Cruz, santa Teresa de Jesús...) y en el deseo del Encuentro. Buscar a Dios no pretende ser un tratado teórico, sino la llave hacia una existencia más consciente y profunda, y ahí está su fuerza; como si de una odisea espiritual se tratase ?las palabras del autor por faro?, este viaje tiene como meta la vida auténtica: la que se esconde más allá del dogal del tiempo.