La originalidad de la historia del Uruguay respecto al contexto iberoamericano radica en las peculiaridades de su colonización tardía y su ubicación en la frontera de fricción entre los imperios español y portugués. A través del proceso que condujo a la independencia primero y a la modernización del país después, el autor coloca especial interés en la formación de una democracia social abierta con predominio de la clase media y un fuerte aporte inmigratorio.