Esta obra acota, dentro de la literatura, un espacio para los niños y reconoce su dificultad por el amplio y heterogéneo material que lo compone, el escaso y poco riguroso control sobre todo lo que se escribe bajo esta rúbrica y la falta de una tradición académica que hubiese cimentado las bases sobre las que hoy se asienta. Los textos literarios infantiles son la llave que abre las puertas a la cultura literaria y forman la base sobre la que construye su competencia lecto-literaria. Se intenta evidenciar la importante proyección didáctica de estos géneros, ya que su conocimiento por parte del lector determina el tipo de diálogo interactivo que puede mantener con el texto.