El proyecto de este ensayo es simple: retomar las principales figuras de lo que se llamó «estructuralismo», Saussure, Benveniste, Barthes, Lacan, Jakobson, Althusser, Dumézil y proponer una presentación sintética del paradigma en que se inscriben sus trabajos.
Posee una gran originalidad que no siempre fue comprendida y cuya importancia sólo ahora se empieza a medir retrospectivamente. Idea central: integrar en el dominio de la ciencia galileana, originariamente referida sólo a la naturaleza, objetos que se entiende pertenecen a la cultura sin que ello implique «naturalizarlos».
De aquí proviene el estatuto reconocido a la lingüística: a comienzos del siglo XX fue, en su versión estructural, la primera disciplina que ilustró el paradigma y esto en relación con un objeto que desde siempre había distinguido al hombre en el seno de la naturaleza. Se ponía así en entredicho no sólo la antigua oposición physis / thesis sino también todas sus variantes modernas.
Para que semejante decisión fuese legítima había que atreverse a innovar. La novedad afectó de manera creciente a la propia noción de ciencia galileana, luego a la teoría del conocimiento empírico para tocar, por último, aunque con moderación, a la ontología. En verdad, ningún punto de los pensamientos posibles quedó sin atravesar. Con elegancia y presteza, y sin cesar de producir conocimientos inéditos.