Para conseguir una personalidad sana y equilibrada, hay diversos aspectos que el educador debe tener presentes y potenciar en sus alumnos: saber reconocer y expresar las emociones, fomentar la comunicación con los demás, saber percibir, entender e interpretar las informaciones que recibimos constantemente del mundo que nos rodea...
Para favorecerlos, el profesor debe potenciar asimismo una serie de actitudes personales que van a permitir al niño elaborar esa información: la atención, la memoria, la constancia, la creatividad, la fantasía, la empatía. Si se tienen en cuenta todos estos factores y se trabajan en el aula de Educación Infantil, los niños interiorizarán aquellos elementos que les ayudarán a conseguir una vida más agradable y feliz.