Durante cerca de medio siglo, desde 1885 a 1935, la literatura y las artes, a través del simbolismo, el modernismo y el surrealismo, se asignaron una tarea más metafísica (o psicológica) que estética: mostrar la vida interior.
Animados por la idea romántica de la " expresión " , poetas y artistas llevaron cada vez más lejos la ambición de una revelación a plena luz de lo más real del alma o del espíritu. Hicieron de ella un proyecto estético fundamental, que llevó al arte a sobrepasar sus funciones tradicionales. En su conjunto, este medio siglo de vanguardismo fue la historia de una exteriorización progresiva de la interioridad romántica.
Este ensayo, entre historia de las ideas y análisis de las invenciones estéticas, pretende también ser un cuestionamiento del método del estudio literario.