La gran experiencia del autor por su condición de psicólogo de administración de justicia desde 1986 y de Defensor del Menor desde 1996 a 2001, hace que el libro aporte conclusiones y orientaciones de gran valor. El autor profundiza en el agresor, pero no olvida las víctimas en sus análisis, para siempre intentar dar vías de solución, así como generar corrientes de opinión en la sociedad.