Tiempo entero, segundo libro de Francisco León, es el resultado de un proceso de decantación verbal que abarca al menos ocho años de escritura, desde 1994 a 2002. El tiempo del que el poema surge -viene a decir al autor- es infinito, y a través de esa infinitud del decir, el poema es capaz de regresar a ciertos motivos y espacios ya presentidos en su trabajo anterior (Cartografía, 1999). Lo insular, lo desértico, el silencio, lo sagrado, lo mítico, son algunos de esos tiempos infinitos. Tiempos que son, al fin y al cabo, mediante una poética sencilla y de alta condensación, el entero espacio de la escritura.