En 432 a. C. se inaugura la LXXXVIII Olimpíada. Durante seis días, dos jóvenes estudiantes griegos, entre la multitud de espectadores, siguen con pasión las pruebas de los Juegos: las carreras en el estadio, la lucha cuerpo a cuerpo, las carreras de carros y de caballos... Incluso llegan a ver a Pericles y se codean con Sócrates. Y, sobre todo, contemplan a los más grandes atletas, que han hecho de los Juegos de Olimpia una auténtica leyenda.