Durante el siglo XX, España experimentó una profunda transformación que afectó a todos los planos de la realidad nacional. En este volumen se analizan aquellos cambios producidos en los ámbitos económico (apertura al extranjero, superando el tradicional miedo a competir), demográfico (duplicación de la población, crecimiento de los índices de urbanización), social (creciente secularización, mejora del nivel de vida) y cultural. Aunque con notables discontinuidades y violentas rupturas, el proceso de modernización de la sociedad española fue irreversible y afectó a todos los niveles de la vida pública y privada. Como consecuencia, los distintos indicadores han ido convergiendo con los parámetros vigentes en los países europeos de nuestro entorno.