Rüdiger está muy ilusionado porque en pocos días será su cumpleaños y quiere celebrarlo por primera vez en 150 años. No deja de pensar en los regalos que le harán. Pero existe un problema: según las leyes de los vampiros está prohibido celebrar los cumpleaños. Anton y sus amigos tienen que idear un plan para que nadie se entere de que Rüdiger, por fin, va a tener su fiesta... ¿Encontrarán un lugar apropiado? ¿Aparecerá tía Dorothee por allí?