Desde la llegada de los Borbones al trono español, l7 mujeres han compartido el destino de los monarcas que las eligieron. A ninguna de ellas se le hubiese ocurrido desobedecer lo dispuesto por sus padres o por los imperativos políticos, conscientes de que su misión principal era la de proporcionar herederos a la Corona. Muy pocos de los casamientos se llevaron a cabo por pasión amorosa, pero hoy resultaría inconcebible una boda sin amor del príncipe de Asturias; sin embargo, altas razones constitucionales ?como la posibilidad de que la madre de un rey menor de edad ocupe la jefatura del Estado como regente- exigen que el heredero contraiga matrimonio con una persona adecuada. Don Felipe, como hombre, puede casarse con quien quiera, pero como futuro rey no debería elevar al trono a cualquiera, sino a quien no provoque grave controversia, como la suscitada recientemente por su relación con una modelo extranjera. Juan Balansó, con su reconocido conocimiento del tema, ofrece esta vez la crónica minuciosa de las bodas reales en España: sus éxitos, sus fracasos y las expectativas del porvenir.