«Yo pensaba: Al final se ha disfrazado de guardia civil y, para escarnecerme
más, me va a sacar de aquí para matarme fuera. Entonces fue cuando le dije: No,
no, fuera no. Hazlo aquí, que es más fácil y no quiero salir.»
Así describe José Antonio Ortega Lara su liberación, en una extensa entrevista
en la que relata, por primera y única vez, los detalles de su cautiverio en
aquel zulo de 4 metros cuadrados en el que permaneció secuestrado 532 días.
Como él, otras nueve víctimas desgranan ante Isabel San Sebastián los recuerdos
que han marcado sus vidas: Marta Bergareche, madre de Pertur, evoca al hijo
asesinado por sus compañeros. Álvaro Cabrerizo rememora la tragedia de
Hipercor, donde perdió a su esposa y sus dos niñas. Rosa Sudupe narra la
persecución padecida por su marido que sufrió dos intentos de asesinato antes
de caer abatido al tercero. Domingo Durán (policía tetrapléjico fallecido
apenas unos días después de aportar su testimonio) y su mujer, Manoli, revelan
el horror de las secuelas de un atentado.
A ellas irán parte de los beneficios de este libro que muestra, en palabras de
Ortega Lara, «la verdadera faz del terrorismo».