A Migueluso no le hacen gracia los chistes sobre gordos que cuentan sus compañeros de clase. ¿El motivo? Su padre, Juan Limón, es un tipo muy, muy grande y le entristece que se rían de él. Pero, su padre es tan feliz consigo mismo que se puede comer las penas de los demás. Un estupendo relato que aborda con humor el tema de los prejucios y la satisfacción personal.