Conmocionada aún por la misteriosa desaparición de una niña de once años, la población de Kingsmarkham se ve otra vez azotada por la desgracia. Nuevamente la víctima es un niño, pero en esta ocasión unas cartas, obra sin duda de una mente enferma, parecen indicar que se trata de un secuestro.
El inspector Wexford y su ayudante Burden intentan establecer relaciones entre ambos hechos, convencidos de que un psicópata anda suelto. Sin embargo, descubren que tras los delitos se esconden conflictos personales mal resueltos y tensas situaciones cotidianas que terminan en inexplicables arrebatos de locura. Con su habitual ingenio y destreza narrativa, Ruth Rendell nos guía de nuevo hasta los rincones más oscuros del alma humana.