El canto del cisne, como ya sugiere este bello título, es la última obra que escribió Pestalozzi, a sus ochenta años de edad y uno antes de su muerte. Es una especie de testamento pedagógico, en el cual, además de muchos datos autobiográficos, resume toda su teoría pedagógica.
En El canto del cisne lo más interesante son dos partes de doctrina pedagógica, a la cual el pedagogo suizo llama "la idea de educación elemental", o sistema pedagógico suyo. Sus principales aspectos son: la importancia de la madre y del hogar en la educación del niño, el principio del desarrollo natural y armónico de éste, la formación del lenguaje, la educación del corazón (educación moral), la educación práctica y la educación intelectual, esta última según el método basado en los elementos de número, forma y palabra. Lo más interesante de Pestalozzi son sus principios, basados en un realismo pedagógico que hace que puedan y deban ser aplicados también hoy día: la instrucción ha de ser para el niño algo más que un juego, por lo cual conviene formarle la capacidad de esfuerzo personal. El niño posee unas disposiciones naturales para llegar a una madurez humana en todos los aspectos, pero esto no se hará sin la ayuda de la educación.