Por las mañanas, Dormi tiene muchísimo sueño y no hay quien consiga que se levante. Su familia se inventa los sistemas más extravagantes para que no tenga sueño, incluso recurren a los servicios de un mago Aun así, la clave para resolver el problema no está en sus manos sino en las de la propia niña, que en todo el proceso parece haber perdido su verdadero nombre.