La muerte por sobredosis de Sandra, una prostituta de Gijón que aparece con una jeringuilla clavada en el brazo, podría ser el final previsible de una alocada carrera hacia el abismo, de no ser porque ella nunca se había inyectado. Y la clave del suceso parece tenerla Marlene, un travestido marginal que fue el primero en hallar el cadáver. El crimen servirá para reunir, por última vez, al inspector Casares, un policía de la vieja guardia a punto de jubilarse, y a Boucetas, un afamado escritor de izquierdas, cuyas discrepancias ideológicas y viejas cuentas pendientes se han transformado con los años en un afecto ácido y comedido. E inevitablemente, al hilo de esta investigación, irán apareciendo los fantasmas del pasado?
Con ?Siempre quiso ser Marlene?, Blanca Álvarez regresa a uno de sus ámbitos literarios preferidos ?la novela negra?, siempre fiel a la mejor tradición clásica del género, pero ambientada en un entorno de innegable actualidad.