En 1935 Mihail Sebastian, que entonces tenía 28 años, decidió empezar a escribir un diario en el que anotar reflexiones sobre sus amoríos y su pasión por la literatura y la música. Pero en sus páginas no tardó en ir filtrándose de manera cada vez más brutal la realidad social y política que rodeaba al joven escritor. Escrito entre 1935 y 1945, el diario es un sobrecogedor testimonio de primera mano de una época convulsa y dolorosa, la del ascenso del fascismo y los posteriores años de la guerra en Rumanía. Por su condición de judío, el autor padeció de manera particularmente brutal el creciente clima de violencia y terror que el fascismo imponía, y vio cómo sus amigos del mundo intelectual, entre los que se contaban Mircea Eliade y Emil Cioran, claudicaban mayoritariamente ante el fascismo.