Este libro versa sobre el derecho de participación política a través del voto reconocido en el artículo 23.1 de la Constitución. Se inicia con el desarrollo de una premisa: la democracia es una forma de organización del poder desde el principio de autorreferencialidad política, para que el pueblo gobernado se convierta en pueblo gobernante. Ello exige preguntarse, como hizo Kelsen, ¿qué es el pueblo?, a lo que se responderá, con Häberle, que es una asociación de ciudadanos. La democracia es, pues, el imperio de los ciudadanos, lo cual ha de tener traducción directa en la titularidad del derecho de voto.
Pero este derecho no se agota en el acto de votar, sino que se dirige a que la voluntad de los individuos se convierta en voluntad del Estado. Esta pretensión tiene consecuencias inmediatas sobre el contenido del derecho de voto, por lo que en la presente obra se analiza cómo ha de articularse para que sea universal, libre, igual, directo y secreto: ¿puede haber "voto obligatorio"?, ¿es constitucional la "barrera electoral"?, ¿es suficientemente democrático el "mapa electoral"?, ¿es posible el llamado "voto electrónico"?...