Pasados los cincuenta, se dice que toda mujer se vuelve invisible, pero ¿qué ocurre cuando se ha sido famosa, rica, deseada y el mundo se derrumba en un momento? Este es el caso de Marisa Medina, popular presentadora de televisión que en muy poco tiempo vio como su fama se desvanecía y su marido la dejaba por otra mujer. Ella, guapa y con inquietudes artísticas, cayó en un pozo sin fondo que la llevó a convertirse en una adicta al juego y a la cocaína, situación que ha logrado superar gracias a la ayuda de sus hijas y a una durísima terapia.
Canalla de mis noches es un testimonio sincero y valiente, a corazón abierto, duro en ocasiones y muy ameno en otras, que nos acerca a una televisión muy distinta a la de hoy; la de los comienzos, en la que todo era familiar, plagado de nombres conocidos y rodeada de un ambiente de euforia gracias a la apertura de la democracia que llevó a más de uno a jugar a la ruleta rusa de las drogas y el juego.
Un mensaje de esperanza para todas aquellas mujeres que se ven abocadas al abismo cuando la fortuna no las acompaña.